Cocina de gas. Siempre se ha dicho que la comida que mejor sabe es la cocinada en cocina de gas. No tiene por qué ser cierto. Queremos pensar qué tiene más que ver con el cocinero que lo prepare. Lo bueno que tienen la cocina de gas es que combina economía y facilidad de uso. El calor se reparte de manera uniforme por todo el recipiente haciendo del cocinado una tarea agradable y sin mucha complicación. Hay que tener en cuenta que hay que controlar el nivel de llama para evitar que los alimentos se peguen. Otra de las ventajas es que calienta rápido. Fundamental para los tiempos en los que vivimos. Por otro lado, se puede utilizar cualquier tipo de recipiente. Es la forma más barata de cocinar y su consumo es el más económico y, además, emiten menos CO2. En cuanto a desventajas, hay que tener en cuenta que la limpieza es menos sencilla ya que hay que desmontar los quemadores para llegar a todos los rincones y acabar con la grasa. El control de la temperatura no es tan sencillo y, en el caso de que sea de gas butano, hay que estar pendientes de que la bombona se termine para reponerla.
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